En realidad no sé si es un motivo de alegría o sólo el comienzo de nuevas preocupaciones. No quiero parecer desagradecido, pero despues de más de dos meses en el dique seco por esa puñetera piedra que se atascó en mi ureter. Decir ahora que vuelvo a la normalidad significa que mi normalidad (con entre 10 y 12 horas de actividad diarias) vuelve con fuerza y con toda la actividad atrasada que el parón de estos días ha supuesto.
Pero digo yo, de que vamos a quejarnos, ¿por estar vivos? olvidemos la cuitas, no perdamos el tiempo en las preocupaciones y pongamonos cuanto antes manos a la obra. Perdón por la queja, no tengo derecho realmente.
Salir de la rutína de los médicos, las revisiones, los dolores y malestares y hasta de los mimos excesivos de la familia, no puede ser un motivo más que de alegría. Ahora a esperar que entre toda esa actividad que se me avecina pueda encontrar algún momento para la sorpresa, la aventura o simplemente la sonrisa.
Y sobre todo que vuelvan las ganas de vivir a tope, de conocer gente, de hacer amigos y acumular conocimientos. En fin que estoy libre, o al menos así me siento, vuelvo al mundo, preparate mundo que voy...
¡Pero que gran escritor se ha perdido el mundo!
ResponderEliminarMe alegro que te encuentres mejor,eres un VALIENTE
por enfrentarte a la vida con sentido del humor,tan importante para llevar esta vida que es aveces una maravilla y otras pura tristeza.
Saludos.
Me alegro muchísimo que estes ya bien del todo.
ResponderEliminarEnhorabuena por dejar la piedra en el camino.
Muchos besos.
Está claro que mi destino es de rodar y rodar
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